En un cuarto
triste, no abandonado, pero tampoco muy atendido,
hay sillas
que nuestros cansancios sostuvieron,
cobijas que
noche tras noche me escudaron de los mounstros,
una muñeca
que fue mi mejor amiga y consejera, pero que ahora es una desconocida,
ropa que
encapsula el paso de los años,
zapatos que
guardan los viajes de mi alma aventurera,
una lámpara
que tantas veces alumbró mis desvelos
y un ropero,
que todavía, aunque todo cambie y yo cambie, estoy esperando, algún día me
transporte a Narnia.
Poeta Zombie: Brenda Daniela Galindo Bautista.
1 comentarios:
muy bueno, me hizo recordar varias cosas del pasado (Y)
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